LSD - Acido lisérgico
Dietilamida del ácido lisérgico
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"Las drogas psicodélicas, como LSD y el MDMA (éxtasis) pueden ser efectivas en el tratamiento de varias enfermedades psiquiátricas es una idea vieja. Antes consideradas ‘drogas maravilla’ por sus efectos sobre la ansiedad, la depresión, el alcoholismo y otras enfermedades mentales, fueron desterradas de la práctica médica después de que disposiciones legales prohibieran su venta y uso. Aunque estas prohibiciones fueron puestas allí en buena medida para contrarrestar la preocupación por el crecimiento del uso recreativo de drogas que proveían combustible a las culturas contestatarias de los 60’s y 80’s. La criminalización de estos agentes también llevó a una excesiva cautela en posteriores investigaciones sobre sus beneficios terapéuticos”. De la revista científica inglesa "The Lancet".
Albert Hofmann y su descubrimiento accidental de la LSD
En 1938 un químico suizo de los laboratorios Sandoz llamado Albert Hofmann, había iniciado una serie de investigaciones sobre el ácido lisérgico, que es el nombre con el cual se denomina el núcleo común de todos los alcaloides presentes en el cornezuelo de centeno o Claviceps purpurea.
Cinco años más tarde, concretamente el 16 de abril de 1943, Hofmann ingirió accidentalmente una cantidad infinitesimal de un compuesto que le hizo ir zigzagueando en su bicicleta hasta llegar a su casa en las afueras de Basilea.
En su libro LSD, Hofmann comenta que aquellas extrañas sensaciones acabaron desembocando en una experiencia sin igual que no se podían correlacionar con ningún tipo de ebriedad del que tuviera noticia. Así fue como descubrió por casualidad los efectos de la LSD-25. Sin embargo, por aquellas fechas Europa se desangraba aún en una guerra que parecía interminable y no se prestó mucha atención a ese fármaco que a mediano plazo, habría de revolucionar el acervo cultural y espiritual de Occidente.
Una vez concluida la Segunda Guerra Mundial, la casa Sandoz se dedicó a difundir el descubrimiento, bajo el nombre comercial de Delycid. Hofmann contibuyó activamente a su difusión compartiendo la sustancia y sus descubrimientos acerca de ella con diversas personalidades que mediante su propia fama y en sus respectivos campos de trabajo, colaboraron a difundir este y otros psicoactivos.
En su biografía personal Hofmann utiliza la metáfora de un "círculo mágico" que enlazó las vidas y los intereses del matrimonio Wasson (quienes dieran a conocer a María Sabina y sus hongos psicoactivos alrededor del mundo), de los filósofos Jünger y Huxley, del antropólogo Roger Heim, del botánico Shultes y de la misma María Sabina (a quien Hofmann fue a visitar a Huautla llevándole como regalo cápsulas de psilocibina, para trabajar conjuntamente en el redescubrimiento de lo que dieron en llamar "las plantas de los dioses".
Origen:
Algunos de los alcaloides con aplicaciones médicas más importantes se derivan del cornezuelo, un hongo (Claviceps purpurea) que parasita algunos pastos y cereales, principalmente la cebada. Los llamados Misterios de Eleusis, ritos secretos de la antigua Grecia, han sido asociados a la intoxicación causada por la ingestión de cebada parasitada por el cornezuelo. El ácido lisérgico es el núcleo común de la mayoría de los alcaloides de este hongo. En 1937 Albert Hofmann sintetizó la dietilamida del ácido lisérgico a partir de él.
Sus efectos enteogénicos los descubrió él mismo años después. Según relata el mismo Hofmann: "En 1943 descubrí, al someterme a experimentos con la droga, la alta potencia enteogénica de la dietilamida del ácido lisérgico que llegó a ser conocida en todo el mundo por su nombre en clave en el laboratorio: LSD-25." La LSD era la droga más potente descubierta hasta entonces, tanto que su dosis debía medirse en millonésimas de gramo o gammas. "La dosis activa en humanos iba de 0.000003 a 0.000001 por kilo de peso. Su margen de seguridad era anormalmente alto, en la heroína puede ser de 1/5, en el barbitúrico de 1/4, mientras en la LSD era de 1/600. Además resultaba ser un fármaco desprovisto de tolerancia que al usarse con asiduidad diaria simplemente dejaba de hacer efecto." Es por ello que pronto suscitó el interés de los psicoterapeutas, quienes pensaron que su estudio podría ayudar a facilitar el conocimiento de la enfermedad mental. En la década de los sesentas se escribieron cientos de artículos científicos sobre los efectos de la LSD en los sistemas biológicos, en el comportamiento animal, en pacientes con una amplia variedad de enfermedades físicas y mentales, además de un sinfín de voluntarios "normales" que alentados por el ambiente contracultural de la época, montaron todo un "culto psicodélico" alrededor de la dietilamida del ácido lisérgico.
Etimología y denominaciones:
LSD-25, es una abreviatura del alemán Lyserg Säure-Diäthylamid 25, pues ese era su número entre una serie de 26 derivados sintéticos que fueron aislados a partir del cornezuelo y estaban siendo investigados en el laboratorio de Sandoz.
En la actualidad la LSD-25 se expende en dos modalidades, las dosis altas que son similares a las que se ingerían durante la época de los hippies, los llamados ácidos o tickets y las dosis bajas que reciben los nombres callejeros de micropuntos o tripis, o simplemente la denominación del grabado que traiga el papel que los contiene: soles, bartsimpsons, gatosfélix, planetas verdes, etc.
Debido al pequeño volumen necesario para concentrar grandes dosis, la LSD suele distribuirse comúnmente en papel secante impregnado en pequeños cuadros de papel con diferentes figuras. Antiguamente se vendía en terrones de azúcar.
Química:
La dietiltiamida del ácido lisérgico o LSD es un compuesto semisintético derivado del hongo Claviceps purpurea que se encuentra en estado silvestre parasitando cereales o se cultiva en laboratorios criogénicos para preparar fármacos hechos a base de ergotamina y dihidroergotamina como el Cefargot® y el Bellergal®, medicamentos que se utilizan contra la migraña y transtornos nerviosos .
Lo que necesitas saber: LSD ***Formas de adulteración:
Dados los característicos efectos de la LSD y la singularidad de su potencia, es difícil adulterarla. Jonathan Ott cita en su Pharmacoteon los estudios de Brown y Malone con 581 muestras de LSD recopiladas en el mercado negro. Ellos encontraron que 84.55% de las mismas contenían sólo LSD; 5.3% contenían LSD y PCP, mientras que 1.9% contenían sólo PCP. Otra cosa que puede ocurrir es que te vendan un papel que no esté impregnado con LSD.
***Mecanismo de acción y formas de empleo:
Su principal vía de administración es la oral. Sus efectos comienzan entre los 15 y 30 minutos después de la ingestión y se prolongan hasta por 12 horas, cosa bastante desconcertante para los científicos ya que la metabolización se lleva a cabo en un tiempo récord (aproximadamente dos horas), comparada con la de otros psicoactivos, y aunque técnicamente ya ha abandonado el organismo, sus efectos se prolongan durante aproximadamente 10 horas más. Se sabe que la LSD actúa de forma selectiva como agonista en el receptor de 5-HT, con ello disminuye la actividad espontánea del Sistema Nervioso Central pero aumenta la actividad por estímulos periféricos, provocando alteraciones importantes en la esfera perceptual, principalmente a nivel visual.
***Usos terapéuticos:
La dietilamida del ácido lisérgico fue comercializada como especialidad farmacéutica a partir de 1947 bajo el nombre comercial de Delysid (LSD 25), en grajeas de 0,025 mg y ampolletas bebibles de un centímetro cúbico, equivalente a 0,1 mg, junto con un prospecto que aconsejaba su uso básicamente en dos circunstancias:
a) Relajación psíquica en la psicoterapia analítica, y en particular en las neurosis de angustia y obsesivas.
b) Experimentos sobre la naturaleza de la psicosis.
El prospecto aseguraba: "El Delysid permite al médico, por autoexperimentación, tener una idea de las sensaciones percibidas por el enfermo. Facilita el estudio de los problemas patógenos, provocando en sujetos normales psicosis artificiales experimentales de corta duración." También se recomendaba en el tratamiento del "alcoholismo crónico", al tiempo que se formulaban las siguientes precauciones de uso: "El Delysid es capaz de reforzar une stado psíquico patológico. Esta sustancia debe ser administrada con gran prudencia en sujetos que tienen ideas de suicidio o cuando es de temer el desencadenamiento de una psicosis. La labilidad psicoafectiva y la tendencia a los actos impulsivos pueden persistir, excepcionalmente, algunos días después de tomar el producto." Por último, se mencionaba un antídoto para ser usado en casos extremos: "los efectos psíquicos del Delysid pueden ser cortados rápidamente por una inyección intramuscular de 50 mg de clorpromacina".
Según afirma Richard Yensen en su libro Hacia una medicina psiquedélica, desde que los investigadores recibieron la LSD y la probaron "reinó el pandemonium" y no se produjo ningún consenso respecto a su utilización terapéutica: "Muchos psiquiatras tenían la sensación de que los efectos [de la LSD y otras substancias similares] sobre la conciencia humana imitaban la enfermedad mental; otros proclamaban que se podía utilizar el efecto de estas substancias para abreviar un largo psicoanálisis, mientras que unos terceros tenían la sensación de que podían proporcionar fe a la gente desesperada" (ver más al respecto en el apartado de Espiritualidad y Terapias).
En cualquier caso su uso terapéutico se abandonó tras la prohibición internacional de esta sustancias puesto que fue incluida en la Lista I, donde se supone que están las drogas sin utilidades terapéuticas, lo cual impide incluso las investigaciones al respecto.
Dosificación:
En el excepcional caso de la LSD sus dosis se miden en gammas o microgramos debido a su alta potencia. Un cuenta gotas lleno de LSD es suficiente para 5,000 dosis. Actualmente existen dos tipos de dosificaciones en el mercado negro, las dosis bajas o "dosis de rave" (tripis o micropuntos) y las dosis altas o "dosis psicodélicas" (ácidos o tickets). Las primeras fluctúan entre los 0,010 y los 0,015 mg, mientras que las dosis psicodélicas van de 0,025 a 0,050 mg. Aunque no se ha establecido aún una dosis letal debido a que no hay un solo reporte de muerte directamente ocasionada por el uso de LSD, ingerir más de 0,1 mg (100 gammas o microgramos) es bastante desaconsejable ya que el peligro de sufrir un "malviaje" se incrementa exponencialmente. Jonathan Ott advierte que dosis excesivas de LSD (que para él sobrepasan los 250 microgramos) pueden conducir a pérdidas temporales del ego o identidad, "una consecuencia terrorífica para algunos, pero muy preciada para otros".
Albert Hoffman asegura que el LSD no provoca sensación de "bajada" como se conoce popularmente al estado post-clímax en descenso, según Hoffman "la LSD pura simplemente se va", responsabilizando a las adulteraciones en el mercado negro por dichos efectos. (Entrevista de Escohotado a Albert Hoffman, pronto la incluiremos)
Efectos psicológicos y fisiológicos:
Las dosis bajas generan hilaridad, aceleran los pensamientos, traen a la mente recuerdos vívidos, provocan asociaciones libres y algunas visualizaciones. Las dosis psicodélicas ocasionan un colapso temporal sobre la percepción y usualmente llevan a introspecciones profundas en las que se trasciende el ego y se tiene alguna clase de experiencia mística. Algunos psiconautas como Antonio Escohotado, han identificado tres "etapas del viaje":
[...] una primera fase de vuelo, que recorre paisajes visuales asombrosos sin detenerse en ninguno -viéndose el sujeto desde dentro y desde fuera a la vez-, seguida por una segunda fase que es en esencia lo descrito como una pequeña muerte, donde el sujeto empieza temiendo volverse loco para acabar reconociendo tras ello el temor a la propia finitud, que una vez asumido se convierte en sentimiento de profunda liberación. Se trata de algo parecido a cambiar la piel entera, que algunos llaman hoy acceso a esferas transpersonales del ánimo... Convencimientos y percepciones beatíficas alternan con un desnudamiento de los temores más arraigados, dentro de un trance que del principio al fin se desarma por su esencial veracidad.
Balsámica o aterradora, la luz está ahí para quedarse, iluminando lo que siempre quisimos ver -sin conseguirlo del todo- y también lo que siempre quisimos no ver, lo pasado por alto... apto sólo para quienes buscan lo verdadero a cualquier precio... La amistad, el amor carnal, la reflexión, el contacto con la naturaleza, la creatividad del espíritu, pueden abrirse en universos apenas presentidos, infinitos por sí mismos.
Potencial de dependencia:
La tolerancia no existe, puesto que la administración de dosis sucesivas hace totalmente insensible al sujeto en un par de días, incluso usando cantidades descomunales. La insensibilidad se revierte tras tres días de abstinencia. La dietilamida del ácido lisérgico no crea dependencia física ni psicológica. El patrón más común -tal como el de todo enteógeno- es el viaje ocasional, separado por intervalos de meses o años. Los usuarios de tripis que pasan una racha experimentando más seguido con ellos usualmente llegan aun punto en el que les resulta imposible manejar las experiencias y optan por suspender su consumo voluntariamente y sin problema alguno.
Actualidad del LSD - Lo que se consigue hoy en la calle:
Lo que se encuentra hoy generalmente son síntesis malas de LSD, contaminado con muchas sustancias indeseables, que simplemente no deberían encontrarse (no estoy hablando de anfetaminas). Por eso se puede decir que la mayoría de los "cartones" (blotters con distintos motivos impresos) son débiles (en efecto) y extraños en relación con el verdadero efecto del LSD-25. Una dosis de 25u (0,025mg) ingerida por una persona normal de LSD-25 es suficiente para experimentar los efectos lisérgicos-psidélicos, en cambio una dosis de LSD mal sintetizado (LSD-26, por ejemplo) con una dosis de 200u no alcanzaría el efecto común del LSD-25. Lo más puro que se encuentra dando vuelta por las calles son los "micropuntos" (micropoints) y cristales (en forma líquida se administra en gotas y también vienen "gels". Estos últimos productos son difíciles de encontrar y su costo es considerablemente más elevado, además, este LSD es fabricado por viejos hippies y no se vende en el mercado ilegal, sino que se "comparte" entre conocidos, amigos. Un hecho es que NO HAY ANFETAMINA EN LOS CARTONES DE LSD. Un cartón (blotter) tiene capacidad para 6mg de sustancias, de anfetamina como mínimo requiere una dosis de 10mg para hacer algún efecto. En cuanto a quienes dicen que el LSD les ha dado efectos "anfetamínicos", simplemente se trata de LSD mal sintetizado, Albert Hoffman se expresó sobre este tema y aclaró que el LSD-25 no provoca bajada, ni ansiedad, ni ningún efecto anfetoso. El proceso de síntesis no es tan fácil como parece, probablemente uno se tope con LSD mal sintetizado más de una vez, sin embargo, se puede decir que no hay riesgos mortales, lo malo es que uno se pierde de disfrutar realmente la verdadera LSD. En los 80 aparecieron combinaciones entre MDMA y LSD y también cartones que contenían sólo MDMA.
¿Qué hacer en caso de emergencia?
El único riesgo real que afronta el consumidor de LSD es un malviaje que lo lleve a episodios de terror o pánico. Ante ello se recomienda infundir tranquilidad y confianza al sujeto y cambiar de ambiente para modificar la ideación. En caso de ser verdaderamente necesario, es posible suspender los efectos administrando una pastilla de haloperidol (Haldol®) o clorpromazina (Largactil®).
Aquí vale la pena citar lo que dice el mismo Hofmann con respecto a los malos viajes: Yo he sacado el mayor provecho de los malos trips. Cuando uno conoce el infierno, se percibe al mundo como un milagro que de pronto se revela de nuevo ante uno. Cuando uno está bajo los efectos de la LSD no se piensa. La sensibilidad aumenta en tal medida que el exceso de sensaciones nos sobrepasa. En ese momento es de suma importancia tener cerca de una persona querida o intelectualmente afín, cuya presencia nos ayude a encausarnos por el camino adecuado.
Diez advertencias humorísticas:
*los carros pueden herirte
*no puedes volar
*nunca es buen tiempo para morir
*quitarte la ropa llamaría la atención
*mantén la boca cerrada en público
*aunque puedas ver cosas que están allí, NO estás viendo cosas que están allí
*sólo carga una llave de tu casa, algo de cambio y tu dirección en un zapato
*nadie te puede decir que estás viajando hasta que tú les digas a ellos "Estoy viajando"
*no importa que tan jodido pienses que estás, eventualmente aterrizarás.
Albert Hofmann y su descubrimiento accidental de la LSD
En 1938 un químico suizo de los laboratorios Sandoz llamado Albert Hofmann, había iniciado una serie de investigaciones sobre el ácido lisérgico, que es el nombre con el cual se denomina el núcleo común de todos los alcaloides presentes en el cornezuelo de centeno o Claviceps purpurea.
Cinco años más tarde, concretamente el 16 de abril de 1943, Hofmann ingirió accidentalmente una cantidad infinitesimal de un compuesto que le hizo ir zigzagueando en su bicicleta hasta llegar a su casa en las afueras de Basilea.
En su libro LSD, Hofmann comenta que aquellas extrañas sensaciones acabaron desembocando en una experiencia sin igual que no se podían correlacionar con ningún tipo de ebriedad del que tuviera noticia. Así fue como descubrió por casualidad los efectos de la LSD-25. Sin embargo, por aquellas fechas Europa se desangraba aún en una guerra que parecía interminable y no se prestó mucha atención a ese fármaco que a mediano plazo, habría de revolucionar el acervo cultural y espiritual de Occidente.
Una vez concluida la Segunda Guerra Mundial, la casa Sandoz se dedicó a difundir el descubrimiento, bajo el nombre comercial de Delycid. Hofmann contibuyó activamente a su difusión compartiendo la sustancia y sus descubrimientos acerca de ella con diversas personalidades que mediante su propia fama y en sus respectivos campos de trabajo, colaboraron a difundir este y otros psicoactivos.
En su biografía personal Hofmann utiliza la metáfora de un "círculo mágico" que enlazó las vidas y los intereses del matrimonio Wasson (quienes dieran a conocer a María Sabina y sus hongos psicoactivos alrededor del mundo), de los filósofos Jünger y Huxley, del antropólogo Roger Heim, del botánico Shultes y de la misma María Sabina (a quien Hofmann fue a visitar a Huautla llevándole como regalo cápsulas de psilocibina, para trabajar conjuntamente en el redescubrimiento de lo que dieron en llamar "las plantas de los dioses".
Origen:
Algunos de los alcaloides con aplicaciones médicas más importantes se derivan del cornezuelo, un hongo (Claviceps purpurea) que parasita algunos pastos y cereales, principalmente la cebada. Los llamados Misterios de Eleusis, ritos secretos de la antigua Grecia, han sido asociados a la intoxicación causada por la ingestión de cebada parasitada por el cornezuelo. El ácido lisérgico es el núcleo común de la mayoría de los alcaloides de este hongo. En 1937 Albert Hofmann sintetizó la dietilamida del ácido lisérgico a partir de él.
Sus efectos enteogénicos los descubrió él mismo años después. Según relata el mismo Hofmann: "En 1943 descubrí, al someterme a experimentos con la droga, la alta potencia enteogénica de la dietilamida del ácido lisérgico que llegó a ser conocida en todo el mundo por su nombre en clave en el laboratorio: LSD-25." La LSD era la droga más potente descubierta hasta entonces, tanto que su dosis debía medirse en millonésimas de gramo o gammas. "La dosis activa en humanos iba de 0.000003 a 0.000001 por kilo de peso. Su margen de seguridad era anormalmente alto, en la heroína puede ser de 1/5, en el barbitúrico de 1/4, mientras en la LSD era de 1/600. Además resultaba ser un fármaco desprovisto de tolerancia que al usarse con asiduidad diaria simplemente dejaba de hacer efecto." Es por ello que pronto suscitó el interés de los psicoterapeutas, quienes pensaron que su estudio podría ayudar a facilitar el conocimiento de la enfermedad mental. En la década de los sesentas se escribieron cientos de artículos científicos sobre los efectos de la LSD en los sistemas biológicos, en el comportamiento animal, en pacientes con una amplia variedad de enfermedades físicas y mentales, además de un sinfín de voluntarios "normales" que alentados por el ambiente contracultural de la época, montaron todo un "culto psicodélico" alrededor de la dietilamida del ácido lisérgico.
Etimología y denominaciones:
LSD-25, es una abreviatura del alemán Lyserg Säure-Diäthylamid 25, pues ese era su número entre una serie de 26 derivados sintéticos que fueron aislados a partir del cornezuelo y estaban siendo investigados en el laboratorio de Sandoz.
En la actualidad la LSD-25 se expende en dos modalidades, las dosis altas que son similares a las que se ingerían durante la época de los hippies, los llamados ácidos o tickets y las dosis bajas que reciben los nombres callejeros de micropuntos o tripis, o simplemente la denominación del grabado que traiga el papel que los contiene: soles, bartsimpsons, gatosfélix, planetas verdes, etc.
Debido al pequeño volumen necesario para concentrar grandes dosis, la LSD suele distribuirse comúnmente en papel secante impregnado en pequeños cuadros de papel con diferentes figuras. Antiguamente se vendía en terrones de azúcar.
Química:
La dietiltiamida del ácido lisérgico o LSD es un compuesto semisintético derivado del hongo Claviceps purpurea que se encuentra en estado silvestre parasitando cereales o se cultiva en laboratorios criogénicos para preparar fármacos hechos a base de ergotamina y dihidroergotamina como el Cefargot® y el Bellergal®, medicamentos que se utilizan contra la migraña y transtornos nerviosos .
Lo que necesitas saber: LSD ***Formas de adulteración:
Dados los característicos efectos de la LSD y la singularidad de su potencia, es difícil adulterarla. Jonathan Ott cita en su Pharmacoteon los estudios de Brown y Malone con 581 muestras de LSD recopiladas en el mercado negro. Ellos encontraron que 84.55% de las mismas contenían sólo LSD; 5.3% contenían LSD y PCP, mientras que 1.9% contenían sólo PCP. Otra cosa que puede ocurrir es que te vendan un papel que no esté impregnado con LSD.
***Mecanismo de acción y formas de empleo:
Su principal vía de administración es la oral. Sus efectos comienzan entre los 15 y 30 minutos después de la ingestión y se prolongan hasta por 12 horas, cosa bastante desconcertante para los científicos ya que la metabolización se lleva a cabo en un tiempo récord (aproximadamente dos horas), comparada con la de otros psicoactivos, y aunque técnicamente ya ha abandonado el organismo, sus efectos se prolongan durante aproximadamente 10 horas más. Se sabe que la LSD actúa de forma selectiva como agonista en el receptor de 5-HT, con ello disminuye la actividad espontánea del Sistema Nervioso Central pero aumenta la actividad por estímulos periféricos, provocando alteraciones importantes en la esfera perceptual, principalmente a nivel visual.
***Usos terapéuticos:
La dietilamida del ácido lisérgico fue comercializada como especialidad farmacéutica a partir de 1947 bajo el nombre comercial de Delysid (LSD 25), en grajeas de 0,025 mg y ampolletas bebibles de un centímetro cúbico, equivalente a 0,1 mg, junto con un prospecto que aconsejaba su uso básicamente en dos circunstancias:
a) Relajación psíquica en la psicoterapia analítica, y en particular en las neurosis de angustia y obsesivas.
b) Experimentos sobre la naturaleza de la psicosis.
El prospecto aseguraba: "El Delysid permite al médico, por autoexperimentación, tener una idea de las sensaciones percibidas por el enfermo. Facilita el estudio de los problemas patógenos, provocando en sujetos normales psicosis artificiales experimentales de corta duración." También se recomendaba en el tratamiento del "alcoholismo crónico", al tiempo que se formulaban las siguientes precauciones de uso: "El Delysid es capaz de reforzar une stado psíquico patológico. Esta sustancia debe ser administrada con gran prudencia en sujetos que tienen ideas de suicidio o cuando es de temer el desencadenamiento de una psicosis. La labilidad psicoafectiva y la tendencia a los actos impulsivos pueden persistir, excepcionalmente, algunos días después de tomar el producto." Por último, se mencionaba un antídoto para ser usado en casos extremos: "los efectos psíquicos del Delysid pueden ser cortados rápidamente por una inyección intramuscular de 50 mg de clorpromacina".
Según afirma Richard Yensen en su libro Hacia una medicina psiquedélica, desde que los investigadores recibieron la LSD y la probaron "reinó el pandemonium" y no se produjo ningún consenso respecto a su utilización terapéutica: "Muchos psiquiatras tenían la sensación de que los efectos [de la LSD y otras substancias similares] sobre la conciencia humana imitaban la enfermedad mental; otros proclamaban que se podía utilizar el efecto de estas substancias para abreviar un largo psicoanálisis, mientras que unos terceros tenían la sensación de que podían proporcionar fe a la gente desesperada" (ver más al respecto en el apartado de Espiritualidad y Terapias).
En cualquier caso su uso terapéutico se abandonó tras la prohibición internacional de esta sustancias puesto que fue incluida en la Lista I, donde se supone que están las drogas sin utilidades terapéuticas, lo cual impide incluso las investigaciones al respecto.
Dosificación:
En el excepcional caso de la LSD sus dosis se miden en gammas o microgramos debido a su alta potencia. Un cuenta gotas lleno de LSD es suficiente para 5,000 dosis. Actualmente existen dos tipos de dosificaciones en el mercado negro, las dosis bajas o "dosis de rave" (tripis o micropuntos) y las dosis altas o "dosis psicodélicas" (ácidos o tickets). Las primeras fluctúan entre los 0,010 y los 0,015 mg, mientras que las dosis psicodélicas van de 0,025 a 0,050 mg. Aunque no se ha establecido aún una dosis letal debido a que no hay un solo reporte de muerte directamente ocasionada por el uso de LSD, ingerir más de 0,1 mg (100 gammas o microgramos) es bastante desaconsejable ya que el peligro de sufrir un "malviaje" se incrementa exponencialmente. Jonathan Ott advierte que dosis excesivas de LSD (que para él sobrepasan los 250 microgramos) pueden conducir a pérdidas temporales del ego o identidad, "una consecuencia terrorífica para algunos, pero muy preciada para otros".
Albert Hoffman asegura que el LSD no provoca sensación de "bajada" como se conoce popularmente al estado post-clímax en descenso, según Hoffman "la LSD pura simplemente se va", responsabilizando a las adulteraciones en el mercado negro por dichos efectos. (Entrevista de Escohotado a Albert Hoffman, pronto la incluiremos)
Efectos psicológicos y fisiológicos:
Las dosis bajas generan hilaridad, aceleran los pensamientos, traen a la mente recuerdos vívidos, provocan asociaciones libres y algunas visualizaciones. Las dosis psicodélicas ocasionan un colapso temporal sobre la percepción y usualmente llevan a introspecciones profundas en las que se trasciende el ego y se tiene alguna clase de experiencia mística. Algunos psiconautas como Antonio Escohotado, han identificado tres "etapas del viaje":
[...] una primera fase de vuelo, que recorre paisajes visuales asombrosos sin detenerse en ninguno -viéndose el sujeto desde dentro y desde fuera a la vez-, seguida por una segunda fase que es en esencia lo descrito como una pequeña muerte, donde el sujeto empieza temiendo volverse loco para acabar reconociendo tras ello el temor a la propia finitud, que una vez asumido se convierte en sentimiento de profunda liberación. Se trata de algo parecido a cambiar la piel entera, que algunos llaman hoy acceso a esferas transpersonales del ánimo... Convencimientos y percepciones beatíficas alternan con un desnudamiento de los temores más arraigados, dentro de un trance que del principio al fin se desarma por su esencial veracidad.
Balsámica o aterradora, la luz está ahí para quedarse, iluminando lo que siempre quisimos ver -sin conseguirlo del todo- y también lo que siempre quisimos no ver, lo pasado por alto... apto sólo para quienes buscan lo verdadero a cualquier precio... La amistad, el amor carnal, la reflexión, el contacto con la naturaleza, la creatividad del espíritu, pueden abrirse en universos apenas presentidos, infinitos por sí mismos.
Potencial de dependencia:
La tolerancia no existe, puesto que la administración de dosis sucesivas hace totalmente insensible al sujeto en un par de días, incluso usando cantidades descomunales. La insensibilidad se revierte tras tres días de abstinencia. La dietilamida del ácido lisérgico no crea dependencia física ni psicológica. El patrón más común -tal como el de todo enteógeno- es el viaje ocasional, separado por intervalos de meses o años. Los usuarios de tripis que pasan una racha experimentando más seguido con ellos usualmente llegan aun punto en el que les resulta imposible manejar las experiencias y optan por suspender su consumo voluntariamente y sin problema alguno.
Actualidad del LSD - Lo que se consigue hoy en la calle:
Lo que se encuentra hoy generalmente son síntesis malas de LSD, contaminado con muchas sustancias indeseables, que simplemente no deberían encontrarse (no estoy hablando de anfetaminas). Por eso se puede decir que la mayoría de los "cartones" (blotters con distintos motivos impresos) son débiles (en efecto) y extraños en relación con el verdadero efecto del LSD-25. Una dosis de 25u (0,025mg) ingerida por una persona normal de LSD-25 es suficiente para experimentar los efectos lisérgicos-psidélicos, en cambio una dosis de LSD mal sintetizado (LSD-26, por ejemplo) con una dosis de 200u no alcanzaría el efecto común del LSD-25. Lo más puro que se encuentra dando vuelta por las calles son los "micropuntos" (micropoints) y cristales (en forma líquida se administra en gotas y también vienen "gels". Estos últimos productos son difíciles de encontrar y su costo es considerablemente más elevado, además, este LSD es fabricado por viejos hippies y no se vende en el mercado ilegal, sino que se "comparte" entre conocidos, amigos. Un hecho es que NO HAY ANFETAMINA EN LOS CARTONES DE LSD. Un cartón (blotter) tiene capacidad para 6mg de sustancias, de anfetamina como mínimo requiere una dosis de 10mg para hacer algún efecto. En cuanto a quienes dicen que el LSD les ha dado efectos "anfetamínicos", simplemente se trata de LSD mal sintetizado, Albert Hoffman se expresó sobre este tema y aclaró que el LSD-25 no provoca bajada, ni ansiedad, ni ningún efecto anfetoso. El proceso de síntesis no es tan fácil como parece, probablemente uno se tope con LSD mal sintetizado más de una vez, sin embargo, se puede decir que no hay riesgos mortales, lo malo es que uno se pierde de disfrutar realmente la verdadera LSD. En los 80 aparecieron combinaciones entre MDMA y LSD y también cartones que contenían sólo MDMA.
¿Qué hacer en caso de emergencia?
El único riesgo real que afronta el consumidor de LSD es un malviaje que lo lleve a episodios de terror o pánico. Ante ello se recomienda infundir tranquilidad y confianza al sujeto y cambiar de ambiente para modificar la ideación. En caso de ser verdaderamente necesario, es posible suspender los efectos administrando una pastilla de haloperidol (Haldol®) o clorpromazina (Largactil®).
Aquí vale la pena citar lo que dice el mismo Hofmann con respecto a los malos viajes: Yo he sacado el mayor provecho de los malos trips. Cuando uno conoce el infierno, se percibe al mundo como un milagro que de pronto se revela de nuevo ante uno. Cuando uno está bajo los efectos de la LSD no se piensa. La sensibilidad aumenta en tal medida que el exceso de sensaciones nos sobrepasa. En ese momento es de suma importancia tener cerca de una persona querida o intelectualmente afín, cuya presencia nos ayude a encausarnos por el camino adecuado.
Diez advertencias humorísticas:
*los carros pueden herirte
*no puedes volar
*nunca es buen tiempo para morir
*quitarte la ropa llamaría la atención
*mantén la boca cerrada en público
*aunque puedas ver cosas que están allí, NO estás viendo cosas que están allí
*sólo carga una llave de tu casa, algo de cambio y tu dirección en un zapato
*nadie te puede decir que estás viajando hasta que tú les digas a ellos "Estoy viajando"
*no importa que tan jodido pienses que estás, eventualmente aterrizarás.