La genetica de la Marihuana 1ª parte
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Cuando se habla de mejora genética de la Marihuana, la primera idea que nos asalta suele ser una imagen de un laboratorio equipado con la última tecnología,
salas blancas y estériles y sesudos científicos de bata inmaculada realizando los mas extravagantes experimentos.
Realmente no es así. Si bien es cierto que la alta tecnología y los costosos equipamientos de medición y control pueden ser necesarios a determinado nivel, también lo es el hecho de que prácticamente desde el nacimiento de la agricultura hace mas de diez mil años, el ser humano ha buscado la forma de mejorar las plantas que intervienen en cualquier proceso agrícola con el fin de obtener frutos mas grandes y mas jugosos, reducir los tiempos de cosecha o trabajar solo con plantas resistentes a determinadas enfermedades.
Es claro el hecho de que el avance de la agricultura se hace necesario desde el punto en que la población mundial se multiplica a un ritmo endiablado, y los cimientos para que este avance se produzca y mantenga se construyen a partir del progreso de dos factores diferentes pero complementarios que son las variedades y las razas, esto es, lo que es cultivado y lo que se cría. Por supuesto, las técnicas a aplicar con cada una de ellas para obtener el máximo beneficio según nuestros intereses también se engloban dentro del concepto de mejora genética vegetal, como mas adelante se verá.
Desde el principio de la Agricultura, ya el ser humano percibía el hecho de que algunos ejemplares de entre los vegetales que se cultivaban eran mejores que otros en algún aspecto. Esta percepción produjo una reacción que no fue otra que el intento de que lo que se cultivaba fuera en la medida de lo posible semejante a los ejemplares considerados como excepcionales, seleccionando estos de entre los demás para su reproducción de forma que produjeran simiente con la intención de que, al plantar ésta para la siguiente cosecha, los individuos así obtenidos mantuvieran esta semejanza.
A lo largo de milenios se aplicaron y depuraron en mayor o menor medida estos métodos basados en la prueba y error, plantando gran cantidad de individuos y seleccionando los considerados mejores para cruzarlos entre sí, volviendo a plantar su descendencia y repitiendo éste ciclo una y otra vez. Como mas de un lector habrá deducido, estas ancestrales y rudimentarias técnicas de mejora vegetal no son otra cosa que lo que hoy en día denominamos "Selección Masal". Sólo en el siglo XVII a partir de la incorporación del método científico y los posteriores descubrimientos y aportaciones de Darwin, Alfonso De Candolle, Mendel y Vavilov, ya en el siglo XX.
Cada uno de ellos proporcionó las piezas necesarias para que el puzzle de la mejora genética vegetal a nivel avanzado haya sido comenzado a montar en el siglo XX1 a través del muestreo de los genomas o mapas génicos de las diferentes especies vegetales, entrando en el terreno de la ingeniería genética para complementar las ya depuradas técnicas de selección y cruzamiento, completando por el momento la "caja de herramientas" a nuestra disposición para alterar el mensaje hereditario de animales y plantas que servirán al ser humano ya sea como alimento, compañía o vestido.
Realmente, hasta los descubrimientos de Mendel no podemos hablar de "método científico" en la mejora genética vegetal, pues es a través de sus postulados que se establecen los fundamentos para aplicar una metodología que produzca resultados reproducibles y predecibles.
La mejora de las especies del reino vegetal no está sustentada de manera exclusiva por el conocimiento de las técnicas y metodologías expuestas por Mendel y posteriores investigadores, sino que en un momento u otro del proceso se hace necesario el estudio de multitud de otras ciencias. La biología y fisiología vegetal se encuentran íntimamente ligadas a la mejora vegetal en tanto en cuanto que los procesos biológicos, aún no siendo "visibles", sí son determinantes a la hora de expresar, disparar o frenar otros que son los fisiológicos. De la misma manera, y sobre todo en el cannabis, también intervienen en el ciclo de cultivo las influencias de otras ciencias como la Física, la Química orgánica e inorgánica, las Matemáticas y por supuesto, la Genética, además de otras. Todos los cultivadores conocemos la influencia del medioambiente en el desarrollo de un determinado vegetal, así como también el hecho de que otras formas de vida como la animal o la bacteriana pueden marcar unas expresiones u otras. Incluso la altura (por diferencias de presión) o una determinada concentración de algunos gases en la atmósfera inciden en el resultado final de la cosecha.
Si además consideramos que éste tratado está enfocado a la mejora genética vegetal del cannabis para uso médico o lúdico, la cosa se complica un poco mas por las especiales características de este vegetal en cuanto a sus sistemas defensivos y reproductivos. Si algún vegetal es susceptible de verse influenciado dramáticamente por todo su entorno, modificando sus respuestas fisiológicas en periodos temporales cortisimos, es el cannabis.
Por todo esto, en este tratado se intenta encontrar el equilibrio entre el volumen de información referida a la mejora genética vegetal en general y la mas específica y concreta con el referente de las características concretas del cultivo y crianza de cannabis "no industrial". No es fácil mantener una línea de pensamiento recta y sin desvíos o atajos en esta tarea, pues con frecuencia veremos que algunas de las disciplinas "laterales" que tocaremos podrían ser por si mismas protagonistas no ya de un tratado, sino de una enciclopedia completa.
Así pues, el objetivo final de todo criador es primero reproducir y después mejorar la especie o especies que son de su interés. En el reino animal, esta tarea llega a niveles de complejidad importantes sobre todo en los últimos tiempos en los que los marcadores genéticos, mapas génicos o transgénesis comienzan a ser algo relativamente usual e incluso ampliamente transmitido a través de publicaciones de divulgación científica y otras. El reino Vegetal suele ser algo mas manejable, pues su carga genética es menor y sus ciclos vitales mas cortos en general, por lo que la mejora de sus especies mediante las técnicas básicas de selección y cruzamiento es susceptible de obtener éxito con una menor exigencia de medios.
Al día de hoy, con toda la información disponible, es factible que un determinado cannabicultor dé el salto y comience a caminar por los senderos de la crianza sin necesidad de grandes dispendios económicos en medios y equipamiento y por eso la finalidad de este tratado a partir de la transmisión de los conocimientos que en él se divulgan es probar de forma clara y fehaciente que cualquier cannabicultor con la suficiente constancia y estructuración puede llegar no ya solo a crear una variedad única de cannabis, sino a mejorar las suyas propias y las ya existentes.
Otra cuestión muy diferente es la posibilidad de obtener una producción de simientes potencialmente certificables, esto es, reconocidas por el correspondiente organismo regulador como únicas y estables y por lo tanto, patentables. No hablamos ya de semillas de cannabis que produzcan plantas con mas del 0,03% de THC, sino de cualquier especie vegetal, pues los requisitos necesarios para obtener la deseada certificación si precisan de vastos recursos sólo al alcance de pocos.
Pero al fin y al cabo, la piedra filosofal de todo este maremagnum de información no es otra que la semilla. En ella se sustentan los sueños de miles de cannabicultores en el mundo, sueños repletos de resina, de cannabinoides, de aromas y sabores, de efectos y placeres, de ilusiones y esperanzas. Por ello, en nuestra misión de mejoradores de la planta del cannabis, deberíamos asumir la responsabilidad que realmente representa el "jugar a dios", cuando se entrecruzan los principios y la economía. No pocos cannabicultores y agricultores en general han sufrido el escarnio del fracaso tras adquirir simiente desconocida y sin garantía de ninguna clase al objeto de ahorrar algo en la compra adquiriendo semillas de Marihuana "pirata".
Por esto, el que domina las técnicas de producción de semillas de marihuana tiene siempre la posibilidad de volver a renacer, de reencarnar de alguna manera aquellos sueños e ilusiones de esos miles de seres humanos que ansían poder tener algo único, productivo, aromático y psicoactivo con lo que poder alimentar sus almas. La semilla.
A través de la teoría y la práctica, siguiendo los diferentes ejemplos y metodologías que iremos exponiendo, el cannabicultor debería poder acercarse al mundo de la mejora genética vegetal y mas en concreto a la crianza y mejora de cannabis para uso lúdico o medicinal, sin dejar atrás a aquellos que disponiendo de recursos no lo hacen así en conocimiento, brindándoles la oportunidad de iniciarse en un sector aún hoy en día potencialmente virgen.
salas blancas y estériles y sesudos científicos de bata inmaculada realizando los mas extravagantes experimentos.
Realmente no es así. Si bien es cierto que la alta tecnología y los costosos equipamientos de medición y control pueden ser necesarios a determinado nivel, también lo es el hecho de que prácticamente desde el nacimiento de la agricultura hace mas de diez mil años, el ser humano ha buscado la forma de mejorar las plantas que intervienen en cualquier proceso agrícola con el fin de obtener frutos mas grandes y mas jugosos, reducir los tiempos de cosecha o trabajar solo con plantas resistentes a determinadas enfermedades.
Es claro el hecho de que el avance de la agricultura se hace necesario desde el punto en que la población mundial se multiplica a un ritmo endiablado, y los cimientos para que este avance se produzca y mantenga se construyen a partir del progreso de dos factores diferentes pero complementarios que son las variedades y las razas, esto es, lo que es cultivado y lo que se cría. Por supuesto, las técnicas a aplicar con cada una de ellas para obtener el máximo beneficio según nuestros intereses también se engloban dentro del concepto de mejora genética vegetal, como mas adelante se verá.
Desde el principio de la Agricultura, ya el ser humano percibía el hecho de que algunos ejemplares de entre los vegetales que se cultivaban eran mejores que otros en algún aspecto. Esta percepción produjo una reacción que no fue otra que el intento de que lo que se cultivaba fuera en la medida de lo posible semejante a los ejemplares considerados como excepcionales, seleccionando estos de entre los demás para su reproducción de forma que produjeran simiente con la intención de que, al plantar ésta para la siguiente cosecha, los individuos así obtenidos mantuvieran esta semejanza.
A lo largo de milenios se aplicaron y depuraron en mayor o menor medida estos métodos basados en la prueba y error, plantando gran cantidad de individuos y seleccionando los considerados mejores para cruzarlos entre sí, volviendo a plantar su descendencia y repitiendo éste ciclo una y otra vez. Como mas de un lector habrá deducido, estas ancestrales y rudimentarias técnicas de mejora vegetal no son otra cosa que lo que hoy en día denominamos "Selección Masal". Sólo en el siglo XVII a partir de la incorporación del método científico y los posteriores descubrimientos y aportaciones de Darwin, Alfonso De Candolle, Mendel y Vavilov, ya en el siglo XX.
Cada uno de ellos proporcionó las piezas necesarias para que el puzzle de la mejora genética vegetal a nivel avanzado haya sido comenzado a montar en el siglo XX1 a través del muestreo de los genomas o mapas génicos de las diferentes especies vegetales, entrando en el terreno de la ingeniería genética para complementar las ya depuradas técnicas de selección y cruzamiento, completando por el momento la "caja de herramientas" a nuestra disposición para alterar el mensaje hereditario de animales y plantas que servirán al ser humano ya sea como alimento, compañía o vestido.
Realmente, hasta los descubrimientos de Mendel no podemos hablar de "método científico" en la mejora genética vegetal, pues es a través de sus postulados que se establecen los fundamentos para aplicar una metodología que produzca resultados reproducibles y predecibles.
La mejora de las especies del reino vegetal no está sustentada de manera exclusiva por el conocimiento de las técnicas y metodologías expuestas por Mendel y posteriores investigadores, sino que en un momento u otro del proceso se hace necesario el estudio de multitud de otras ciencias. La biología y fisiología vegetal se encuentran íntimamente ligadas a la mejora vegetal en tanto en cuanto que los procesos biológicos, aún no siendo "visibles", sí son determinantes a la hora de expresar, disparar o frenar otros que son los fisiológicos. De la misma manera, y sobre todo en el cannabis, también intervienen en el ciclo de cultivo las influencias de otras ciencias como la Física, la Química orgánica e inorgánica, las Matemáticas y por supuesto, la Genética, además de otras. Todos los cultivadores conocemos la influencia del medioambiente en el desarrollo de un determinado vegetal, así como también el hecho de que otras formas de vida como la animal o la bacteriana pueden marcar unas expresiones u otras. Incluso la altura (por diferencias de presión) o una determinada concentración de algunos gases en la atmósfera inciden en el resultado final de la cosecha.
Si además consideramos que éste tratado está enfocado a la mejora genética vegetal del cannabis para uso médico o lúdico, la cosa se complica un poco mas por las especiales características de este vegetal en cuanto a sus sistemas defensivos y reproductivos. Si algún vegetal es susceptible de verse influenciado dramáticamente por todo su entorno, modificando sus respuestas fisiológicas en periodos temporales cortisimos, es el cannabis.
Por todo esto, en este tratado se intenta encontrar el equilibrio entre el volumen de información referida a la mejora genética vegetal en general y la mas específica y concreta con el referente de las características concretas del cultivo y crianza de cannabis "no industrial". No es fácil mantener una línea de pensamiento recta y sin desvíos o atajos en esta tarea, pues con frecuencia veremos que algunas de las disciplinas "laterales" que tocaremos podrían ser por si mismas protagonistas no ya de un tratado, sino de una enciclopedia completa.
Así pues, el objetivo final de todo criador es primero reproducir y después mejorar la especie o especies que son de su interés. En el reino animal, esta tarea llega a niveles de complejidad importantes sobre todo en los últimos tiempos en los que los marcadores genéticos, mapas génicos o transgénesis comienzan a ser algo relativamente usual e incluso ampliamente transmitido a través de publicaciones de divulgación científica y otras. El reino Vegetal suele ser algo mas manejable, pues su carga genética es menor y sus ciclos vitales mas cortos en general, por lo que la mejora de sus especies mediante las técnicas básicas de selección y cruzamiento es susceptible de obtener éxito con una menor exigencia de medios.
Al día de hoy, con toda la información disponible, es factible que un determinado cannabicultor dé el salto y comience a caminar por los senderos de la crianza sin necesidad de grandes dispendios económicos en medios y equipamiento y por eso la finalidad de este tratado a partir de la transmisión de los conocimientos que en él se divulgan es probar de forma clara y fehaciente que cualquier cannabicultor con la suficiente constancia y estructuración puede llegar no ya solo a crear una variedad única de cannabis, sino a mejorar las suyas propias y las ya existentes.
Otra cuestión muy diferente es la posibilidad de obtener una producción de simientes potencialmente certificables, esto es, reconocidas por el correspondiente organismo regulador como únicas y estables y por lo tanto, patentables. No hablamos ya de semillas de cannabis que produzcan plantas con mas del 0,03% de THC, sino de cualquier especie vegetal, pues los requisitos necesarios para obtener la deseada certificación si precisan de vastos recursos sólo al alcance de pocos.
Pero al fin y al cabo, la piedra filosofal de todo este maremagnum de información no es otra que la semilla. En ella se sustentan los sueños de miles de cannabicultores en el mundo, sueños repletos de resina, de cannabinoides, de aromas y sabores, de efectos y placeres, de ilusiones y esperanzas. Por ello, en nuestra misión de mejoradores de la planta del cannabis, deberíamos asumir la responsabilidad que realmente representa el "jugar a dios", cuando se entrecruzan los principios y la economía. No pocos cannabicultores y agricultores en general han sufrido el escarnio del fracaso tras adquirir simiente desconocida y sin garantía de ninguna clase al objeto de ahorrar algo en la compra adquiriendo semillas de Marihuana "pirata".
Por esto, el que domina las técnicas de producción de semillas de marihuana tiene siempre la posibilidad de volver a renacer, de reencarnar de alguna manera aquellos sueños e ilusiones de esos miles de seres humanos que ansían poder tener algo único, productivo, aromático y psicoactivo con lo que poder alimentar sus almas. La semilla.
A través de la teoría y la práctica, siguiendo los diferentes ejemplos y metodologías que iremos exponiendo, el cannabicultor debería poder acercarse al mundo de la mejora genética vegetal y mas en concreto a la crianza y mejora de cannabis para uso lúdico o medicinal, sin dejar atrás a aquellos que disponiendo de recursos no lo hacen así en conocimiento, brindándoles la oportunidad de iniciarse en un sector aún hoy en día potencialmente virgen.