La seguridad en cultivos de guerrilla
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No puedo enfatizar la importancia de este concepto: El silencio es oro. Lo más importante para todos los cultivadores, legales o ilegales y vale la pena repetirlo todas las veces que sea necesario, es mantener la boca cerrada sobre el lugar en el que cultivas tu hierba. Según los propios agentes de policía, la mayoría de las operaciones contra los cultivos de cannabis que se han llevado a cabo han sido delatadas por los amigos del cultivador, algunas veces por que el cultivador se jactaba de sí mismo.
Descontando las circunstancias desafortunadas para un cultivador y la buena suerte de las autoridades, pocas operaciones y redadas contra el cultivo de marihuana se llevan a cabo actualmente por las técnicas tradicionales del trabajo detectivesco. Incluso en los lugares donde el cultivo de marihuana ha sido legalizado, recuerda que prácticamente todos los cultivos que se han detectado (o probablemente, mostrados) así como robados, se producen por conocidos del cultivador quienes se llevaron con ellos las plantas. Salva el orgullo hasta después de la cosecha porque si lo que quieres es realmente impresionar a los compañeros fumadores de marihuana, la mejor forma de hacerlo es mediante un porro bien grande o un recipiente lleno de maría que sea realmente potente.
La seguridad es una preocupación constante porque aunque el cultivo de marihuana se haga completamente legal siempre será un producto altamente valioso de ser robado (incluso si cultivas en tu propio patio trasero siempre habrá “segadores” que querrán cosechar lo que tú con tu duro trabajo has sembrado. Yo no utilizo ni abogo el uso de sedales de pesca con anzuelos, de “estacas punji” hechas con tablones repletos de clavos o cualquier otro tipo de bomba trampa que algunos cultivadores por obtener beneficios utilizan para disuadir a los ladrones. Para mí, ninguna cantidad de maría merece la pena como para hacerle daño a alguien, sin importar lo cuestionable que sea la genética de esa persona o la educación que pueda tener. Además, para empezar, intentar proteger tus plantas usando métodos violentos y dolorosos que garanticen la futura presencia de los agentes de policía al lugar es una mala estrategia. Peor aún será si la víctima resulta ser un policía porque entonces serás perseguido activamente por agentes de policía vengativos que te repartirán estopa mejor que dos bandas callejeras y serás perseguido por ello hasta el fin de tus días.
Los guardas forestales aseguran generalmente que los mochileros y otros excursionistas no se aventuran más allá de 180 metros del sendero por lo que estar a sólo 275 m del sendero ya es casi una garantía de que no verás a ninguna otra persona. Mi propia experiencia tanto como cultivador de marihuana como amante profesional de la naturaleza confirma esa afirmación. Muchas han sido las ocasiones en las que me he tenido que agazapar al lado de plantas maduras de un metro ochenta de altura mientras veía a los turistas jugar con sus vehículos todo terreno en un sendero a menos de 90 metros de distancia.
Una de las ventajas de las que disfrutan los cultivadores de maría es la prueba de lo que dice el antiguo axioma de que algunas personas no pueden ver el bosque por los árboles. La alusión hecha por este proverbio es que una persona que se encuentra a sí misma en medio de un ambiente desconocido experimentará con frecuencia una especie de sobrecarga sensorial, provocando que sea incapaz de registrar conscientemente todo lo que está presente o sucede alrededor de ella. Cuanto más “bullicioso” o complejo sea el entorno, menos capaz será el cerebro de una persona retenerlo y el efecto de la sobre estimulación de la corteza visual se amplificará cuando al observador le sea desconocido el entorno. Los cultivadores en exterior pueden usar este fenómeno para su propio beneficio al plantar o trasplantar en zonas donde otra vegetación ayude a abarrotar la visión del paisaje y dificulte al ojo el discernir las formas específicas.
Es inevitable que un animal o ser humano caiga en rutinas si no se le molesta por influencias externas durante un período prolongado de tiempo. Si estas rutinas tienen lugar en el exterior, en un entorno natural, cualquier lugar que se visite con regularidad se verá marcado con senderos visibles. No importa lo lejos que se encuentre o lo difícil que sea de llegar a tu sitio de cultivo, es segurísimo que elegirás de forma natural la ruta más fácil para llegar, y antes de que te des cuenta, tus pasos habrán aplastado y acabado con toda o la mayor parte de la vegetación que haya estado creciendo en ese sendero. Estas bandas de tierra pisoteada son una bandera para cualquier agente de la ley que las vea, tanto si es un policía como un guardabosque. Incluso los más propensos a seguir un sendero hasta tu plantación serán los recolectores de setas, los recolectores de bayas, los cazadores deportivos y los excursionistas de un día que estén explorando el campo.
Para mí, la solución más fácil, para el problema de que los senderos sean seguidos por alguien que no desearía que los siguiera, ha sido establecer varias rutas (más de tres) entre un buen sendero o carretera y el lugar secreto de mi cultivo. Hoy en día, no hay mucha gente experta en rastrear e incluso el mejor rastreador pierde el sendero de tanto en tanto; tu mejor estrategia será asegurarte de que existen tan pocos signos visibles de tu paso como sea posible. Utiliza los itinerarios de juego siempre que sea posible para evitar crear nuevos caminos que podrían ser advertidos por alguien que conozca las inmediaciones. Una multitud de senderos hará que cualquiera de ellos sea más difícil de detectar y deberían ser más difíciles de cubrir tu operación y de llamar la atención de las indeseadas autoridades, además de incrementar las probabilidades de que adviertas una emboscada en la zona antes de que ellos logren verte.
Como el cantante de country Steve Earle decía en su canción “Copperhead road”, “La DEA tiene un helicóptero en el cielo”. De hecho, hay rumores de que las recientes pérdidas en la restricción legal de la marihuana en diferentes estados al momento de escribir este artículo provocaron la retirada de fondos a las agencias federales para las búsquedas aéreas para encontrar las plantaciones de marihuana. Si esta nueva política se mantiene, será una buena noticia para los cultivadores porque pocos estados tienen mucha fuerza aérea y aquellas regiones en las que se prefiere el cultivo de maría (como Kentucky y Tennessee) dependen de la ayuda de la Guardia Nacional Aérea y otras agencias federales para encontrar los campos de cannabis. Esto provocaría que los estados financiasen la búsqueda de los cultivos de cannabis usando sus propios fondos y, en este momento, parece que la mayoría de los estados están recalculando lo que les cuesta localizar, juzgar y encarcelar de otra manera a ciudadanos respetuosos con la ley por el mero hecho de poseer una planta muerta.
Pero hasta, e incluso, si la maría es legalizada de forma generalizada, los cultivadores para uso personal no deberían bajar la guardia. En tanto que el cannabis es ilegal de cultivar, siempre existe una posibilidad de que algún piloto privado pueda sobrevolar la zona a la altitud adecuada, ángulo y tiempo necesario para convencerse de que hay plantas de marihuana allí e informar luego a las autoridades de esa observación. Por supuesto, no se requiere nada más que el trazo de la pluma del político adecuado para reasignar todo el dinero que ha sido y será retirado de las operaciones de búsqueda aéreas.
Incluso si el cannabis fuera completamente despenalizado y grandes corporaciones agrícolas como Cargill tuvieran el visto bueno de cultivar la maría para venderla comercialmente, habría seguramente limitaciones en cuantas plantas pueden ser cultivadas o cuanto peso procesado puede poseerse. La ventaja es que serás capaz de cultivar en tu propiedad privada o alquilada (plantar en terreno público seguirá siendo ilegal); las posibles desventajas incluyen la prohibición de plantaciones tan grandes como te gustaría y tal vez verse obligado a pagar un impuesto. Vender la marihuana sin poseer las licencias necesarias ni pagar los impuestos aplicables seguirá siendo un delito pero ahora lo sería en forma de evasión fiscal.
Un agente federal con el que hablé me dijo que todo el mundo en su departamento había visto películas que mostraban las técnicas y el equipamiento utilizado por el mejor cuerpo antidroga de América, la DEA. Una película describía como helicópteros Black Hawk y Huey, pintados de negro para el uso de la DEA, habían sido equipados con cámaras espectográficas ultravioleta e infrarrojas que podían causar que las ondas de luz propias de las plantas de cannabis sobresalieran sobre el resto del follaje. El narrador incluso llegó a afirmar que el equipo era tan sensible que podía identificar una única planta de marihuana entre la maleza.
Por suerte, para los pequeños cultivadores, el equipo de detección de cannabis de la DEA en helicópteros ha demostrado ser considerablemente menos infalible que lo que nos quiere hacer creer en las películas de sus entrenamientos. Yo presento mi propia experiencia para este argumento al haber visto helicópteros negros volando a baja altura y a poca velocidad mientras cuidaba plantas que tenían como media entre 1,5 m y 1,8 m de altura. La forma de evitar la detección desde el aire, creo yo, es mantener el tamaño de lo que debe exponerse a un mínimo. En otras palabras, nunca cultives más de tres plantas en el mismo lugar y mantén las parcelas bien separadas, con unos 45 metros entre ellas en la mayoría de los terrenos.
No te vuelvas codicioso, como hace la mayoría, y cultives una plantación lo suficiente grande como para verse desde el aire. En primer lugar, calcula cuanta maría necesitarás para estar fumando cómodamente durante doce meses después de tu cosecha (340 gramos, como mínimo, en mi caso, lo cual está probablemente por encima de la media) La mayoría de las plantas hembra de un metro veinte producirán entre 28 y 56 gramos de cogollos secos (a menudo más, especialmente donde las estaciones de crecimiento sean más largas). Para asegurarte de que tendrás las suficientes plantas hembra para proporcionarte esta cantidad, calcula que la mitad de tu plantación serán hembras.
Me encontraba conduciendo por la autopista US-131 en los bosques al norte de Boyne Falls, Michigan, una calurosa tarde de verano cuando el inconfundible olor de la marihuana entró por la ventanilla abierta de mi coche. Va en contra de mis principios el robar las plantas de otro cultivador (aunque reconozco haber pellizcado un cogollo como recompensa a esa integridad) pero, mientras pasé por un garito se lo comenté a un amigo el cual encontró 5 plantas de 1,20 metros creciendo en la orilla lejana de una zanja pantanosa, ocultadas por arbustos de sauce y cornejo. A la noche siguiente esta misma persona sin escrúpulos me trajo las plantas arrancadas, las cuales no habían empezado a mostrar siquiera su género, porque no sabía procesar la maría inmadura. La sequé y la curé para él, e incluso fumé algo de ella (las plantas nunca habían sido podadas y sus hojas aparentemente tenían sólo pequeñas cantidades del THC repelente de insectos). No estaba feliz por mi falta de moralidad al fumar maría que había sido robada de esas finas plantas jóvenes y mi arrepentimiento se hizo más patético al imaginar en lo que se habrían convertido en el otoño.
La lección de esta historia es que las plantas de maría tienen un aroma fuerte y de gran alcance que cualquier persona que haya comprado alguna vez 5 gramos podrá reconocerlo a una distancia de 180 metros, si el viento es favorable. Las plantas de mi historia se encontraban en un lugar idóneo, al lado de una autopista muy transitada, donde probablemente nadie pudiera parar su coche, saltar la zanja húmeda y acercarse lo suficiente para diferenciar las plantas de cannabis de los cornejos silvestres, los sauces y los alisos que rodeaban su pequeña parcela despejada. El fallo del cultivador fue no prever el fuerte aroma a almizcle que despiden las plantas de crecimiento rápido de marihuana desde mediados del verano hasta el invierno. Existen muchas probabilidades de que muchos de los conductores con las ventanillas abiertas en verano no reconocieran el olor, o confundieran ese fuerte olor a maría (lo cual es bastante común), pero yo he encontrado mas de un par de veces plantas de marihuana con solo seguir mi nariz.
En la mayoría de los lugares hay vientos predominantes la mayor parte del tiempo desde una dirección predecible. En España, los vientos generalmente soplan del sudeste en verano. Ten en cuanta los vientos predominantes, los cuales cambiarán de dirección con las estaciones, al plantar o trasplantar las plantas jóvenes. Incluso a finales de julio, cuando las plantas deberían ser de aproximadamente de un metro de altura y creciendo en espesor, habrá un distintivo olor fuerte que es diferente al aroma dulce de las flores macho y de las flores hembra. En esta fase de crecimiento, hasta que las plantas macho empiecen a florecer a principios de septiembre, su penetrante olor parece que solo es reconocido por las personas que han cultivado maría y están familiarizados con los olores del rápido crecimiento de la maría en verano. Aunque, a mediados de septiembre, todo aquel que haya fumado un talego reconocerá el aroma similar a dulce de los cogollos maduros. Siempre intenta a situar tu lugar de cultivo donde prevalezcan los vientos predominantes que tiendan llevarse el olor de tus plantas lejos de las zonas pobladas o incluso frecuentadas. Una ubicación en la naturaleza es siempre preferible si puedes proveer a tus plantas con agua pero las autoridades se sorprenderían de cuantos cultivos de cannabis se han cultivado y cosechado en secreto en a la vista de una calle muy transitada, donde prácticamente ninguno de los coches que pasan a gran velocidad se fija en la vegetación local. Desde principios de primavera, trata de asegurarte de que los vientos estén de tu parte incluso a finales del otoño, cuando los vientos predominantes normalmente empiezan a cambiar la dirección para soplan del noroeste.
Descontando las circunstancias desafortunadas para un cultivador y la buena suerte de las autoridades, pocas operaciones y redadas contra el cultivo de marihuana se llevan a cabo actualmente por las técnicas tradicionales del trabajo detectivesco. Incluso en los lugares donde el cultivo de marihuana ha sido legalizado, recuerda que prácticamente todos los cultivos que se han detectado (o probablemente, mostrados) así como robados, se producen por conocidos del cultivador quienes se llevaron con ellos las plantas. Salva el orgullo hasta después de la cosecha porque si lo que quieres es realmente impresionar a los compañeros fumadores de marihuana, la mejor forma de hacerlo es mediante un porro bien grande o un recipiente lleno de maría que sea realmente potente.
Seguridad
La seguridad es una preocupación constante porque aunque el cultivo de marihuana se haga completamente legal siempre será un producto altamente valioso de ser robado (incluso si cultivas en tu propio patio trasero siempre habrá “segadores” que querrán cosechar lo que tú con tu duro trabajo has sembrado. Yo no utilizo ni abogo el uso de sedales de pesca con anzuelos, de “estacas punji” hechas con tablones repletos de clavos o cualquier otro tipo de bomba trampa que algunos cultivadores por obtener beneficios utilizan para disuadir a los ladrones. Para mí, ninguna cantidad de maría merece la pena como para hacerle daño a alguien, sin importar lo cuestionable que sea la genética de esa persona o la educación que pueda tener. Además, para empezar, intentar proteger tus plantas usando métodos violentos y dolorosos que garanticen la futura presencia de los agentes de policía al lugar es una mala estrategia. Peor aún será si la víctima resulta ser un policía porque entonces serás perseguido activamente por agentes de policía vengativos que te repartirán estopa mejor que dos bandas callejeras y serás perseguido por ello hasta el fin de tus días.
Los guardas forestales aseguran generalmente que los mochileros y otros excursionistas no se aventuran más allá de 180 metros del sendero por lo que estar a sólo 275 m del sendero ya es casi una garantía de que no verás a ninguna otra persona. Mi propia experiencia tanto como cultivador de marihuana como amante profesional de la naturaleza confirma esa afirmación. Muchas han sido las ocasiones en las que me he tenido que agazapar al lado de plantas maduras de un metro ochenta de altura mientras veía a los turistas jugar con sus vehículos todo terreno en un sendero a menos de 90 metros de distancia.
Una de las ventajas de las que disfrutan los cultivadores de maría es la prueba de lo que dice el antiguo axioma de que algunas personas no pueden ver el bosque por los árboles. La alusión hecha por este proverbio es que una persona que se encuentra a sí misma en medio de un ambiente desconocido experimentará con frecuencia una especie de sobrecarga sensorial, provocando que sea incapaz de registrar conscientemente todo lo que está presente o sucede alrededor de ella. Cuanto más “bullicioso” o complejo sea el entorno, menos capaz será el cerebro de una persona retenerlo y el efecto de la sobre estimulación de la corteza visual se amplificará cuando al observador le sea desconocido el entorno. Los cultivadores en exterior pueden usar este fenómeno para su propio beneficio al plantar o trasplantar en zonas donde otra vegetación ayude a abarrotar la visión del paisaje y dificulte al ojo el discernir las formas específicas.
Senderos
Es inevitable que un animal o ser humano caiga en rutinas si no se le molesta por influencias externas durante un período prolongado de tiempo. Si estas rutinas tienen lugar en el exterior, en un entorno natural, cualquier lugar que se visite con regularidad se verá marcado con senderos visibles. No importa lo lejos que se encuentre o lo difícil que sea de llegar a tu sitio de cultivo, es segurísimo que elegirás de forma natural la ruta más fácil para llegar, y antes de que te des cuenta, tus pasos habrán aplastado y acabado con toda o la mayor parte de la vegetación que haya estado creciendo en ese sendero. Estas bandas de tierra pisoteada son una bandera para cualquier agente de la ley que las vea, tanto si es un policía como un guardabosque. Incluso los más propensos a seguir un sendero hasta tu plantación serán los recolectores de setas, los recolectores de bayas, los cazadores deportivos y los excursionistas de un día que estén explorando el campo.
Para mí, la solución más fácil, para el problema de que los senderos sean seguidos por alguien que no desearía que los siguiera, ha sido establecer varias rutas (más de tres) entre un buen sendero o carretera y el lugar secreto de mi cultivo. Hoy en día, no hay mucha gente experta en rastrear e incluso el mejor rastreador pierde el sendero de tanto en tanto; tu mejor estrategia será asegurarte de que existen tan pocos signos visibles de tu paso como sea posible. Utiliza los itinerarios de juego siempre que sea posible para evitar crear nuevos caminos que podrían ser advertidos por alguien que conozca las inmediaciones. Una multitud de senderos hará que cualquiera de ellos sea más difícil de detectar y deberían ser más difíciles de cubrir tu operación y de llamar la atención de las indeseadas autoridades, además de incrementar las probabilidades de que adviertas una emboscada en la zona antes de que ellos logren verte.
Observación aérea
Como el cantante de country Steve Earle decía en su canción “Copperhead road”, “La DEA tiene un helicóptero en el cielo”. De hecho, hay rumores de que las recientes pérdidas en la restricción legal de la marihuana en diferentes estados al momento de escribir este artículo provocaron la retirada de fondos a las agencias federales para las búsquedas aéreas para encontrar las plantaciones de marihuana. Si esta nueva política se mantiene, será una buena noticia para los cultivadores porque pocos estados tienen mucha fuerza aérea y aquellas regiones en las que se prefiere el cultivo de maría (como Kentucky y Tennessee) dependen de la ayuda de la Guardia Nacional Aérea y otras agencias federales para encontrar los campos de cannabis. Esto provocaría que los estados financiasen la búsqueda de los cultivos de cannabis usando sus propios fondos y, en este momento, parece que la mayoría de los estados están recalculando lo que les cuesta localizar, juzgar y encarcelar de otra manera a ciudadanos respetuosos con la ley por el mero hecho de poseer una planta muerta.
Pero hasta, e incluso, si la maría es legalizada de forma generalizada, los cultivadores para uso personal no deberían bajar la guardia. En tanto que el cannabis es ilegal de cultivar, siempre existe una posibilidad de que algún piloto privado pueda sobrevolar la zona a la altitud adecuada, ángulo y tiempo necesario para convencerse de que hay plantas de marihuana allí e informar luego a las autoridades de esa observación. Por supuesto, no se requiere nada más que el trazo de la pluma del político adecuado para reasignar todo el dinero que ha sido y será retirado de las operaciones de búsqueda aéreas.
Incluso si el cannabis fuera completamente despenalizado y grandes corporaciones agrícolas como Cargill tuvieran el visto bueno de cultivar la maría para venderla comercialmente, habría seguramente limitaciones en cuantas plantas pueden ser cultivadas o cuanto peso procesado puede poseerse. La ventaja es que serás capaz de cultivar en tu propiedad privada o alquilada (plantar en terreno público seguirá siendo ilegal); las posibles desventajas incluyen la prohibición de plantaciones tan grandes como te gustaría y tal vez verse obligado a pagar un impuesto. Vender la marihuana sin poseer las licencias necesarias ni pagar los impuestos aplicables seguirá siendo un delito pero ahora lo sería en forma de evasión fiscal.
Un agente federal con el que hablé me dijo que todo el mundo en su departamento había visto películas que mostraban las técnicas y el equipamiento utilizado por el mejor cuerpo antidroga de América, la DEA. Una película describía como helicópteros Black Hawk y Huey, pintados de negro para el uso de la DEA, habían sido equipados con cámaras espectográficas ultravioleta e infrarrojas que podían causar que las ondas de luz propias de las plantas de cannabis sobresalieran sobre el resto del follaje. El narrador incluso llegó a afirmar que el equipo era tan sensible que podía identificar una única planta de marihuana entre la maleza.
Por suerte, para los pequeños cultivadores, el equipo de detección de cannabis de la DEA en helicópteros ha demostrado ser considerablemente menos infalible que lo que nos quiere hacer creer en las películas de sus entrenamientos. Yo presento mi propia experiencia para este argumento al haber visto helicópteros negros volando a baja altura y a poca velocidad mientras cuidaba plantas que tenían como media entre 1,5 m y 1,8 m de altura. La forma de evitar la detección desde el aire, creo yo, es mantener el tamaño de lo que debe exponerse a un mínimo. En otras palabras, nunca cultives más de tres plantas en el mismo lugar y mantén las parcelas bien separadas, con unos 45 metros entre ellas en la mayoría de los terrenos.
No te vuelvas codicioso, como hace la mayoría, y cultives una plantación lo suficiente grande como para verse desde el aire. En primer lugar, calcula cuanta maría necesitarás para estar fumando cómodamente durante doce meses después de tu cosecha (340 gramos, como mínimo, en mi caso, lo cual está probablemente por encima de la media) La mayoría de las plantas hembra de un metro veinte producirán entre 28 y 56 gramos de cogollos secos (a menudo más, especialmente donde las estaciones de crecimiento sean más largas). Para asegurarte de que tendrás las suficientes plantas hembra para proporcionarte esta cantidad, calcula que la mitad de tu plantación serán hembras.
Olor
Me encontraba conduciendo por la autopista US-131 en los bosques al norte de Boyne Falls, Michigan, una calurosa tarde de verano cuando el inconfundible olor de la marihuana entró por la ventanilla abierta de mi coche. Va en contra de mis principios el robar las plantas de otro cultivador (aunque reconozco haber pellizcado un cogollo como recompensa a esa integridad) pero, mientras pasé por un garito se lo comenté a un amigo el cual encontró 5 plantas de 1,20 metros creciendo en la orilla lejana de una zanja pantanosa, ocultadas por arbustos de sauce y cornejo. A la noche siguiente esta misma persona sin escrúpulos me trajo las plantas arrancadas, las cuales no habían empezado a mostrar siquiera su género, porque no sabía procesar la maría inmadura. La sequé y la curé para él, e incluso fumé algo de ella (las plantas nunca habían sido podadas y sus hojas aparentemente tenían sólo pequeñas cantidades del THC repelente de insectos). No estaba feliz por mi falta de moralidad al fumar maría que había sido robada de esas finas plantas jóvenes y mi arrepentimiento se hizo más patético al imaginar en lo que se habrían convertido en el otoño.
La lección de esta historia es que las plantas de maría tienen un aroma fuerte y de gran alcance que cualquier persona que haya comprado alguna vez 5 gramos podrá reconocerlo a una distancia de 180 metros, si el viento es favorable. Las plantas de mi historia se encontraban en un lugar idóneo, al lado de una autopista muy transitada, donde probablemente nadie pudiera parar su coche, saltar la zanja húmeda y acercarse lo suficiente para diferenciar las plantas de cannabis de los cornejos silvestres, los sauces y los alisos que rodeaban su pequeña parcela despejada. El fallo del cultivador fue no prever el fuerte aroma a almizcle que despiden las plantas de crecimiento rápido de marihuana desde mediados del verano hasta el invierno. Existen muchas probabilidades de que muchos de los conductores con las ventanillas abiertas en verano no reconocieran el olor, o confundieran ese fuerte olor a maría (lo cual es bastante común), pero yo he encontrado mas de un par de veces plantas de marihuana con solo seguir mi nariz.
En la mayoría de los lugares hay vientos predominantes la mayor parte del tiempo desde una dirección predecible. En España, los vientos generalmente soplan del sudeste en verano. Ten en cuanta los vientos predominantes, los cuales cambiarán de dirección con las estaciones, al plantar o trasplantar las plantas jóvenes. Incluso a finales de julio, cuando las plantas deberían ser de aproximadamente de un metro de altura y creciendo en espesor, habrá un distintivo olor fuerte que es diferente al aroma dulce de las flores macho y de las flores hembra. En esta fase de crecimiento, hasta que las plantas macho empiecen a florecer a principios de septiembre, su penetrante olor parece que solo es reconocido por las personas que han cultivado maría y están familiarizados con los olores del rápido crecimiento de la maría en verano. Aunque, a mediados de septiembre, todo aquel que haya fumado un talego reconocerá el aroma similar a dulce de los cogollos maduros. Siempre intenta a situar tu lugar de cultivo donde prevalezcan los vientos predominantes que tiendan llevarse el olor de tus plantas lejos de las zonas pobladas o incluso frecuentadas. Una ubicación en la naturaleza es siempre preferible si puedes proveer a tus plantas con agua pero las autoridades se sorprenderían de cuantos cultivos de cannabis se han cultivado y cosechado en secreto en a la vista de una calle muy transitada, donde prácticamente ninguno de los coches que pasan a gran velocidad se fija en la vegetación local. Desde principios de primavera, trata de asegurarte de que los vientos estén de tu parte incluso a finales del otoño, cuando los vientos predominantes normalmente empiezan a cambiar la dirección para soplan del noroeste.